jeudi, novembre 23, 2006

Perdida

Mi vida de repente se reduce a un oscuro hueco en donde nadie me escucha, nadie me entiende.

Veo que todos son más o menos iguales y que cada uno pasa desapercibido dentro de los otros. Todos. Menos yo.

Al darme cuenta de esto intento imitar lo que otros me van enseñando, pero no puedo.Y me caigo.

Como nunca me doy por vencida. Suspiro fuertemente, me levanto e intento seguir, pero eso no es lo mío, éste no es mi mundo.






Una pequeña violeta se abre en la mitad de la oscuridad y me comenta que no tengo que ser igual a ellos, sino igual a esa flor marchita que tengo en mi estómago.

Tras darle las gracias ella se disecó en cuestión de segundos y nunca más la volví a ver.






Me quedé quieta y luego de una manera mágica, pude arrancarme esa flor de la barriga e hice lo que nadie hacía. Pero lo que yo quería hacer.Me parecía que estaba haciendo el tonto pero era feliz, en cierto modo, pero no FELIZ del todo.

Poco a poco esa flor va recuperando su color, pero le falta algo, le falta el agua, le falta la vida, le falta ser comprendida.

Ella nunca quiso ser admirada por nadie, sólo quiso sentirse bien en esa casa, en esa playa de incertidumbre, en ese bosque de desolación, en esa vida que no es vida, en esa desesperación.



Pero nunca lo consiguió. Por mucho que grite, llore, salte o brinque, nadie la va a entender, nadie la va a poder ayudar. Poco a poco se consumirá en su propio dolor de querer ser y no poder.Simplemente porque nadie la entiende, nadie la quiere.












Y muy posiblemente nadie nunca la entenderá, porque ni ella misma se entiende

3 commentaires:

Libelle a dit…

Me ha dejado sin palabras...


Me necanta.

Smilegirl a dit…

pues yo si tengo una palabra para ti....

Gracias ^^

Libelle a dit…

Jejejeje, de nada :P