jeudi, mai 22, 2008

Quiero tener un hijo




y lo quiero ya!! *_*

mercredi, mai 14, 2008

Con un tenedor en la mano izquierda

Con un cuhcillo en la mano derecha





Y dispuesta a comermelos a todos


ejem...

lundi, mai 12, 2008

Je crois..


Quiero vivir dentro de tu aroma, impregnada en tu esencia

mardi, mai 06, 2008

coffee shop

Entre las mesas del bar barajaba las cartas celosa del “Gracias por su visita” impreso en la celulosa. En cinco minutos caerá completamente la tarde y entonces habrá un lugar donde poder esconderse si algo saliera mal.

Camisa blanco roto, falda negra y sandalias morrones. Sentada en la vieja silla del bar cruzaba los pies como gesto de indiferencia hacia su alrededor.

Se dio cuenta de que si cerraba los ojos se podía sumergir en el bullicio de aquél habitáculo y descubrir tantas variedades de olores como de voces entremezcladas.
Absorta por el resultado de tal experimento agachó la cabeza entre los brazos cruzados para concentrarse mejor en esa maravillosa melodía difícil de conseguir en cualquier archivo de audio.
Había una voz dominante como una grande y gorda clave de fa que guiaba a las demás por su armadura, formada por sus dos amigas fa y do sostenido.

Escabullidas estaban el resto de notas. Todo comenzó con el re blanca siguiendo por toda su mesa que completaron el primer compás del habitáculo cuatro por cuatro en que todos estábamos introducidos.

Fuera todo era silencio.

Y continuaban las mesas como compases incompletos que iban delimitando esos alargados hombres de gris con bandejas plateadas en las manos. La última mesa del fondo ganó el segundo compás rellenándolo con lindos y estridentes mies agudos en preciosos tresillos con ligeros sorbos de silencios de corchea entre una y otra palabra.

Este mundo es más apasionante de lo que nunca nadie se imaginó.

El pentagrama seguía atiborrándose de sonidos, de cafés y de historias hasta que por la puerta entró un fa semicorchea preguntándole a la barra si aquella era la partitura de la que tanto estaban hablando en el silencio.

Sin darse cuenta sintió el intenso aroma del fa tocándole el brazo.

Dio un salto y se levantó

- ¿Estás bien?
- Sí
- Estás como un cabra


Y con una sonrisa todo volvió a la norma-lidad