mardi, mai 29, 2007

lundi, mai 28, 2007

Coreografías de sal

Debido a problemas informáticos no tengo el texto original, pero ahí va algo un poco más extenso de la versión ganadora.
Claudia, ese era su nombre, sus ojos eran esmeraldas que brillaban con su voz y junto a su sonrisa. Solo el suave murmullo del mar la controlaba, la hacía suyo, la amaba. Aquella tarde se encontraba sentada en la alcoba, contemplando el alba cuando una brisa se introdujo en su cuerpo haciéndola tiritar de miedo, de odio, de rabia. Tras varios minutos se vio absorbida casi literalmente por las nubes, por sus manos, por los rayos, por sus ojos, por la brisa, por su sonrisa,… por tu vida, por su vida.
Abrió los ojos, despertó de lo que parecía haber sido un sueño de dos segundos pero con la duración interior de un siglo, se levantó y su mirada buscó el horizonte, pero no estaba. Observó con detenimiento que se encontraba en un cuarto cerrado, con un gran escenario al fondo. No había nada, solo un abrigo colgado en la puerta. Se sentó en el suelo. Su corazón se aceleró cuando la puerta se abrió; ella, de un salto, se puso en pie, se colocó el pelo e hizo que estaba mirando al suelo. Una voz dulce pero ronca le dijo que se sentara y sin mediar palabra obedeció. Las luces se apagaron y la música empezó a sonar. El escenario se iluminó con un rojo intenso y de los laterales aparecieron varias sombras radiantes, felices, serias y negras. Cuando las trompetas eran más fuertes surgió en medio del escenario él, erguido y prepotente, de la nada, de sus sueños. Se estremeció y temió que descubrieran las lágrimas que inundaban su pecho. Continuaron los compases del silencio y las sombras se encarnaron en recuerdos, en ira, en desenfreno, en pasión. Pero llegó el final, se acabó la partitura y el salón volvió a quedar oscuro. En un abrir y cerrar de ojos un foco le nubló la vista. Cuando pudo recuperar la visión se encontraba en un jardín donde pudo escuchar como él la llamaba, y como era normal en ella no pudo resistirse y corrió hacia su encuentro, sin abrir los ojos, tan sólo guiada por sus palabras y su murmullo lejano, pero familiar. Al llegar, cuando sintió las cosquillas de la espuma en sus pies, se desprendió de todo lo que le podía estorbar y se sumergió allí, en él, en sus caricias, en su perfume, en su silencio, en su murmullo, en su pensamiento. Estaban vivos y no podían desprenderse uno del otro, se necesitaban para poder vivir, se necesitaban para poder al menos existir. Al caer la noche se acostó en la arena y contempló contenta el nacimiento de un nuevo reflejo en el firmamento. La Luna aullaba sobre una suave cama de estrellas y le susurraba a Claudia las maneras de poder entender la historia, le explicó que todo había sido un regalo que alguien había pedido para ella. Ante esta declaración Claudia inundó a la Luna con preguntas que no le fueron contestadas siendo la última palabra que pronunció fue “el puerto”, antes de desaparecer para siempre. Claudia, mente pensante cuando las cosas le van mal, le dio mil vueltas a la dichosa palabra, la analizó: “puerto”, “otreup”, “puer.to”, “p.u.e.r.t.o” buscó algún significado en otro idioma…, pero todo fue inútil, no pudo descifrar el secreto y del agotamiento se durmió, en aquella playa, en aquel sueño. Cuando despertó estaba en su alcoba, era de noche y la ventana seguía abierta. Fue a cerrarla pero en el camino notó algo anormal en su cuerpo. Sobre ella tenía el abrigo de aquel salón, su pelo contenía aún la sal del mar y sus manos estaban tatuadas al derecho y al revés de una misma palabra… “puerto”. Movida por la intriga se armó de fuerza y se dirigió hasta la puerta. Alumbrada por la luz de la luna llena, esta vez real, caminó hacia donde la dirigía su instinto y sus extraños recuerdos. El mar rugía excitado y salpicaba su cuerpo con traviesas gotas frías. A lo largo y a lo ancho sólo se podían divisar barcos, veleros… pero no había nadie. Sin quererlo, mientras caminaba, su mente se vio acosada por la melodía de aquella música del salón y sin poder contenerse giró, saltó y gritó. Justo entonces pudo sentirse ella misma y supo que aquel era su sitio, su lugar, su vida. Cerró los ojos, inspiró, se giró hacia el mar y pronunció unas palabras:




“Vivir quiero en tu corazón, morir en tus brazos y que me entierren en tus ojos”

Y así ocurrió, las olas se levantaron y con la forma de un abrazo eterno la acurrucaron, la mimaron, sin dejarla escapar. Allí durmió, allí descansó, con sabor a sal, junto a su corazón de algas teniendo como casa un coral y como jardín el rosal que se escondía tras la mirada del dios del mar. Solo unos pocos aventurados han dicho que es el reflejo de la luna llena en la mar de la noche. Pero eso no importa. No tiene la menor importancia. Porque ella es feliz. Ella fue feliz. Y siempre lo será.

Texto ganador de Narrativa A
Concurso Literario Cabrera Pinto
PD: Gracias especialmente a Samu por su consejo y su insistencia para que suba el texto. BESITOS!





mercredi, mai 23, 2007

lundi, mai 21, 2007

Miradas indiscretas



Mientras Olivia poco a poco iba quedándose dormida, Javier la observa y veía en ella a la misma joven de la que se enamoro.

En un charco

No vengas ahora. (No vengas ahora,aunque es de noche.)
Huye.
Hay días malos, días que crecen
en un charco de lágrimas.
Escóndete en tu cuarto y cierra la puerta y haz
un nudo en la llave,
y mírate desnuda en el espejo, como
en un charco de lágrimas.

A la orilla del mar me persigue tu boca
y retumban tus pechos y tus muslos me mojan las manos,
en un charco de lágrimas.

Me acuerdo que una vez me mordiste los ojos.
Se te llenó la boca de pus y hiel;
pisabasen un charco de lágrimas.

Despréciame.
Imagíname convertido en una rata gris,
sucia, babeante, en un charco de lágrimas...


Blas de Otero

jeudi, mai 17, 2007

Una de princesitas


Unas trompetas desafinadas estaban tocando cuando ellas se vieron a lo lejos. En cuestión de segundos se encontraban de frente, ambas con una sonrisa de oreja a oreja.
No hizo falta hablar, lo sabían todo y ahora bailaban juntas al compás de la música.

Una de ellas se llamaba Clara, pelos rubios que brillaban a la luz de la hoguera, y la otra Teresa, una morena desarreglada que siempre esperaba a que lloviera. Clara tenía un vestido azul-verde-mar precioso y Teresa uno violeta. A simple vista eran muy diferentes, pero dentro de cada cabeza una misma sintonía resonaba en sus orejas y se escapaba por sus muelas.

Por cuestiones del destino, ambas eran las sucesoras de la reina.
Resulta que hace mucho tiempo, la reina vigente mandó a elegir dos guapas doncellas para que fueran princesas. Muchos fueron los días de espera de las jóvenes plebeyas que querían convertirse en reinas, pero por azar o por suerte, Clara y Teresa fueron las elegidas. Y ahora se encontraban allí, en la cena de gala que decidiría cual de las dos serían definitivamente la sucesora.

Clara creía que todo aquello era una excusa para bailar toda la noche y Teresa pensaba que al final una criada le daría un cachito de tarta de chocolate. Ambas estaban muy equivocadas.

El palacio era un gran castillo amarillo con un río y un dragón del mismo color. El dragón se llamaba Ruperto y el castillo Maxifloró. Todo estaba decorado para la ocasión. A Ruperto Clara le había comprado un vestido verde con flores de charol y Teresa se había dedicado a hacer pompitas de jabón.

Cuando la música paró,Clara y Teresa se sentaron a cantar. En medio de una de sus canciones favoritas Teresa gritó

- ¿Qué te pasa?
- Es que me asusté
- ¿Por qué?
- Porque pensé que pronto las dos seríamos reinas
- Pero eso no es malo
- Las reinas no pueden jugar…
- Siiiiiii, Claro que pueden jugar y saltar y reír y bailar…
- Ah! Vale (la miró y sonrió)

Siguieron cantando unos minutos más, pero luego Clara gritó.

- ¿Qué pasó?
- Que yo también me acordé de algo
- ¿De qué?
- De que no conozco ningún país en el que haya dos reinas
- Yo tampoco…
- Pero este es diferente ¿Verdad?
- Claro que sí (volvieron a sonreír las dos)









Las luces se apagaron, Clara y Teresa se dieron la mano y atemorizadas escucharon las palabras de la reina.

- Por orden de la corte, estas niñas serán separadas y una de ellas, únicamente una de ellas, será reina de esta aldea.

Un gesto de asombro mezclado con unas gotas de temor inundó las caras de las niñas que sin pensárselo dos veces corrieron despavoridas hacia el gran laberinto de árboles que se extendía ante ellas. Horas enteras pasó todo el pueblo buscándolas. Pero todo fue en vano.

Clara y Teresa huyeron hacia una pequeña isla. Con ellas también se fue Ruperto y los tres juntos pasaron horas y horas, días y días, noches y noches, haciendo lo que más les gustaba hacer… cantar… Uno de esos días la aventurera Clara encontró un cofre viejo y desteñido, al abrirlo cuál fue su sorpresa que estaba repleto de monedas relucientes, pero no eran monedas normales y corrientes, eran monedas DE CHOCOLATE!!!!
Cuando sólo quedaba una de ellas en el fondo, Teresa pudo divisar algo escrito en la caja. Ponía:
“El que ha osado a comer tal festín, ahora tendrá que tener un regalín”

Al Teresa pronunciar tal palabras una nube mágica de algodón rodeó la isla. Y en medio de la playa apareció una pareja de caballos, uno blanco y otro negro. Y justo en ese momento…



(¿Qué pasó?)

mardi, mai 15, 2007

Bailando sobre espinas

Se acercó a él cuando solo quedaba una canción por bailar.

Su rostró blanqueó con la rapidez de un escalofrío.

Sus miradas se cruzaron sin que nadie las pudiera desenredar jamás.

Y así quedaron por siempre, unidos a un sombrero y a una canción.







Fotógrafo : Imanol

Ganador de concurso fotográfico romería de Tegueste 2007

A ver si puedes...


jeudi, mai 10, 2007

Sentidos perdidos

Grita





Suplica





Chilla





Se estremece y estremece a los que están a su alrededor





Canta





Salta





Vuela





Logra la atención de ese alguien que quiere escapar





Mira





Sacude





Escupe





¿Es el final?





Abofetea





Besa





Recoge





Se aproxima al resultado





Corre





Huele





Llora
























Justo en ese momento se apagó la luz y nunca pudo conocer el final






The Piano Duet

Que no se lo tomen a mal, pero tocan fatal :P

mercredi, mai 09, 2007

Ningún amor es más verdadero que aquel que muere sin haber sido revelado.

vendredi, mai 04, 2007

Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras

William Shakespeare

jeudi, mai 03, 2007

Hace horas que no miro hacia otro lado, que no respiro, que no como, que no duermo ...


Hace días que no consigo levantar los brazos sin unos apuntes en la mano


Hace días que casi ni vivo


Hace días que en mi cabeza resuenan miles de palabras, muchas de ellas sin sentido, muchas de ellas inútiles para más de dos horas.





En mi mente se oyen murmuros....

murmuros....


queelmarxismonoesdemarxesdeengelsporquefueuncopiadordeideasyunamalapersona,
lo odio,
elratiodetesoreríadebeestarentrecerocomaunoycerocomocincodependiendodelsectoral
queserefieralaempresaoeltamañodelamisma,
que estres, ledesarrollosostenibleesquelloquecuentanmucholospolíticosperoquenosabenniloqueesademás
eleuroeslamonedaeuropeadesdehacetiempitoya,
Oh! Padrito!,
integralintegralintegralintegral,
madre!,
entoncesazañaparasolucionartantosproblemasllevoacabolareformaagrariaqueconsistíaen,
Noooooooooooooooooooooooo!!!


El dolor de cabeza ya se tornaba a insoportable y el cuarto ya no tenía aire limpio.


Intento poner música para que sus notas me despejen


Pero TAMPOCO FUNCIONA!!!!

El mundo está mal....


En estos casos hay que tomar decisiones muy serias para tu vida y para tu salud.


La mía fue volver a los viejos tiempos y disfrutar de un poco de libertad.





Subida sobre dos ruedas y junto a una de las mejores compañías disponibles en ese momento (una de las mejores compañías del mundo mundial) me lancé pista-pendiente abajo, gritando, chillando y cantando.




Tras una hora, o dos, ya me sentía mejor.






Y aunque tuve que volver al mismo sitio, ya todo había cambiado de color

Y para concluir música.... oh yeah!


Cabaret (Belén Arjona)

Duality (Slipknot)

Y un regalito pa Libelle :P