la boca,
los oídos,
contengo la respiración...
En un momento mi mente viaja. Lejos. Muy lejos. Hasta lugares donde nadie pudo llegar jamás.
Una brisa me acaricia, me recorre,
se resbala en mí,
la pierdo.
Un lugar.
Un segundo.
Un mundo.
Un papel que nadie entendió jamás.
Hoy vuelve tu sabor a mis labios, tu tacto a mis manos y tu olor a mi vida.
Mis pompas de jabón desaparecen entre las nubes, llegan al sol y vuelven a mis manos. Así se escribió la historia de la niña que nunca quiso llegar tan lejos, pero que llegó.